Hoy me levante con el día
raro, esos días que sin anda aparente son diferentes. Esos días que la apatía te
abraza y lo único que deseas que pase el tiempo. Cruzas los dedos para que el próximo
amanecer sea diferente. Aunque en el fondo sabes que el próximo día volverá a
ser igual, las mimas cosas, los mismos problemas, los mismos dilemas, la misma
gente, la misma vida. Quizás lo único que cambie en esos amaneceres sea nuestro
punto de vista, nuestra energía sea mayor y consigamos deshacernos de esa apatía.
Pero cuando pones el
pie en esos días lo único que te apetece es matar el tiempo evadiéndote en
cualquier cosa que no te resulte un esfuerzo ni mental ni físico. Hace poco leí
una frase respecto a esto que me hizo mucha gracia. Decía algo así:
“Es un sin sentido
decir matar el tiempo. Hagas lo que hagas el tiempo siempre es el que te mata”
Así que al final pase
el día leyendo, viendo series y jugando a videojuegos para encefalogramas
planos. Finalmente a última hora de la tarde, cuando la casa ya se me venía
encima decidí salir a tomar aire. Y como casi siempre que salgo a pasear acabe
de nuevo delante de una taza de café y mi diario. Tras intentar un rato buscar
algo sobre lo que escribir, algo sobre que reflexionar para mantener mi compromiso
personal de escribir semanalmente aquí, no llegue a ningún sitio y lo deje. No tenía
ni ideas, ni ganas, mi mente estaba como un batido espeso que no se mueve por
mucho que lo agites…
Mientras desviaba mi miraba
entre el techo y los demás clientes del bar sin saber qué hacer, uno de los
camareros se acerco y dejo algo sobre mi mesa. Y con una sonrisa comento:
- Espero que te guste.
Los hace una de las chicas de aquí – Y sin más se fue a continuar con su
trabajo. Al camarero, del cual hasta desconozco su nombre, nos conocemos simplemente
de vista del propio sitio. Es verdad que tengo la impresión que es el dueño,
pero fue un simple detalle que me animo algo la tarde. Y tengo que reconocer
que el mini pastel, galleta o mezcla de mantequilla y coco estaba realmente
buena. Esto me hizo pararme a recordar estos simples detalles de gente casi desconocida
que me han pasado. Desde invitaciones a café a incluso comidas. Gente que
simplemente en ese momento le apetece tener un detalle con alguien, alegrándole
el día.
How your own
Know your name
And go your own way
Everything will be fine
Everything in no time all
Everything…
A mí siempre me extrañan los detalles de desconocidos. A veces incluso me dan miedo, dependiendo de lo que sea y de quién venga. Los de amigos me acercan más a ellos, aunque es verdad que tendemos a descuidarlos cuando hay más confianza.
ResponderEliminarPor lo demás, aplico a tu primer párrafo una frase que mencioné durante muchos años: la vida es una mierda; de ti depende hacer de ella algo que merezca la pena. Pues eso ;)
bsito
Esta claro que esta en la mano de cada uno hacer que la vida sea diferente. Todo depende del cristal con mires en ese momento. Por eso hay días mejores y días peores, es normal.
EliminarSigue la cadena y cambia tú uno de tus días, ten un detalle con un amigo o un desconocido, le alegrarás el día :P
ResponderEliminarDe ves en cuando lo hago. Usualmente cuando me cruzo con algo que me recuerda a un amigo o veo una necesidad obvia en alguien. Aunque es verdad que muchas veces me corto por el que dirán, me gustaría ser inmune a ese aspecto pero aun me queda para llegar a ese punto.
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