Es difícil bailar con el demonio en tu espalda, así que quítelo
de encima.
Solemos ir tirando de muchas cargas sobre nuestro caballo del recuerdo.
Demasiado peso sobre nuestros triunfos y fracasos, de nuestras alegrías y
tristezas, de nuestras correctas decisiones y arrepentimientos. Tiramos y
tiramos de ellos marcando nuestra manera de ver el mundo y como lo percibimos,
nuestra percepción temporal que anote en De Perdidas y Encuentros. Ahora más que
volver sobre este punto es ver si tiene sentido rastrar este caballo cargado de
recuerdos o sepultarlo para aligerar nuestro pasó. ¿Deberíamos por lo tanto
sacudirnos todos nuestros demonios y dejar abandonada toda esta carga? ¿Sin
toda esta presión y legado seriamos más libres? ¿Seriamos más felices?
Pero es verdad que todo nuestro pasado, nos hace ser como
somos. Somos resultado de nuestras decisiones, actos y experiencias. Todo esto
nos lleva de una manera muy fuerte a repetir o continuar con decisiones, actos y
experiencias pasadas que nos funcionaron pero que a la vez nos condicionan a
seguir la vida siempre por la misma senda. Lo que indirectamente también nos
lleva a veces a repetir los mismos errores del pasado. Todo indica por más
vueltas que le de que la clave es centrarse mas en vivir el día, aligerando el
peso del pasado y no dándole tanta importancia al futuro. Dejarse llevar un
poco por los sentimientos, las intuiciones, tu corazón. No pensar tanto en los
otros, en el legado que te acompaña o en las repercusiones de las cosas. Quizás
si seguimos las líneas del corazón en nuestra mano seamos felices. Quizás todo
sea seguir el camino.
Una cosa que he tardado mucho en
asimilar para mi desgracia es la insoportable levedad de los recuerdos. Todos
sabemos que cada uno tiene su punto de vista, que cada uno da valor muy
diferente a las cosas y todos somos los protagonistas de nuestras vidas. Pero
no es lo mismo saber que asumir. De la misma manera que todos sabemos que el
fuego quema, hasta que no lo sufres tu mismo no acabas por asumirlo o comprendedlo completamente. Al compartir recuerdos con la gente te das cuenta
que cada uno aligera el peso de los mismos para el caballo desde su forma de
entender el mundo. Todos somos nuestra propia historia mientras que convertimos
a los demás en puntos y aparte, puntos, comas, paréntesis o incluso tristes
espacios en blanco olvidados. Es duro asumir que algunas de tus memorias con
puntos y aparte puedan ser vistas como espacios en blanco por los demás. Ver
algo que valoras con cariño en la vida de los otros puede ser completamente
inexistentes o insustanciales. ¿Entonces porque empeñarse en
arrastrarlo a lo largo de tu vida? ¿Por qué intentar compartirlos? ¿Tiene algún sentido?
¿Deberíamos pegarle un tiro al caballo y huir? Yo desde luego no lo sé pero me
parece que a mí me persiguen siempre allá donde vaya. Quizás debería correr…
Así que será mejor que corras
dejando todo tu amor y nostalgia atrás, no pues llevarlos contigo si
quieres sobrevivir. ¿Puedes oír los caballos? Porque aquí vienen…
PD: Este post se lo debo a Florence and the Machines. Grupo que descubrí hace poco y me a animado en las grises mañanas de estos últimos meses con su energía y fuerza. Sus geniales letras y música no podían haberme llegado en un momento mas oportuno. Espero poder verlos en directo alguna vez...
No creo que los recuerdos sean un lastre o nos hagan infelices, lo que pasa que hay que dejarlos donde están y no machacarnos mucho volviendo a ellos, sobre todo si las vivencias pasadas nos parecen mejores a las que tenemos ahora. Con el tiempo todo se recuerda diferente y, como bien dices, cada persona recuerda lo mismo de manera distinta. Y menos mal!
ResponderEliminarDefinitivamente, no creo que vivir sin recuerdos fuera mejor. Un día de estos revisamos "Olvídate de mí!" y volvemos a hablar XDD
bsito
En ningún momento hablo de vivir sin recuerdos. Tanto las canciones como el texto hace mas referencia a lo pesado que pueden llegar a ser que te pueden inmovilizarte impidiendo seguir. Para la gente que tendemos a vivir mas centrados en el pasado ha veces es un lastre, no tiene porque ser ni bueno ni malo, simplemente es pesado. Por eso hay que hacer lo que tu misma dices, "dejarlos donde están", enterrar al caballo. Y para cuando resucite, cual zombie, salir corriendo para que no te alcance. Pero nunca olvidarlo, pues todo nuestra experiencia y conocimientos se basan en ellos. Si lo hiciéramos estaríamos condenados a repetir una y otra vez lo mismo errores. No podríamos aprender nada.
EliminarAsí que a sacudirse de encima el pasado para dejarlo donde deberían estar, poder bailar siguiendo nuestras lineas del corazón. Y ligeros para correr por si amenaza con volver.
Al caballo hay que darle descanso eterno. Amén.
ResponderEliminarEl problema es que vuelve de la tumba cual zombie. Así que toca correr para que no te alcance
EliminarApunta al cerebro!
ResponderEliminarpues que suerte que tienes un grupo que hace eso por ti.
ResponderEliminarUn grupo que es de cualquiera que quiera escucharlos. Es lo bueno de la música, es para todos los públicos. Lo que me gusta de Florence es que todas sus canciones tienen fuerza y siempre tienen un remanente positivo. En este caso las tres hablan que aunque sea malo el momento, aunque sea oscuro siempre hay esperanza al final y que debemos mantenernos fieles a nosotros mismo. Y de no dejar que todo nuestra vida pasada nos sepulte e impida andar. Tienen varios discos ya pero el mejor para mi es el Ceremonials, escuchalo.
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