lunes, 30 de abril de 2012

De Caos y Shocks


Hace un par de días haría sido mi séptimo aniversario con mi ex si las cosas no hubieran acabado hace algunos meses y no puedo evitar pensar cómo cambian las cosas sin más. Como realmente nada es seguro. Hoy mismo leí una conversación muy buena en un libro sobre este tema:

- Escucha, Mari ¿sabes una cosa? El suelo que pisamos parece muy firme, pero, a la que pasa algo, se te derrumba de golpe. Y a la que  te hundes, sanseacabó. Ya no hay vuelta atrás. Lo único que te queda es seguir viviendo sola en el mundo de abajo, entre tinieblas…
…- Claro que, quizás, aquello paso porque yo, como ser humano, era débil. Y justamente porque lo era me deje arrastrar por los acontecimientos. Llegados a cierto punto tendría que haberme dado cuenta de todo, abrir los ojos y detenerme, pero no fui capaz. Ya ves que no tengo ningún derecho a darte lecciones.  
- Kôrogi en After Dark de Haruki Murakami.

Creo que una de las cosas más duras de madurar es darte cuenta de la inseguridad de todo. El concepto de seguridad es una gran mentira que nos contamos a nosotros mismos para seguir adelante, para sacar fuerzas. Hace algunos años podía dar por seguro ya muchas cosas y en el paso de un simple año todo cambia. Ves peligrar la vida de familiares, pierdes tu pareja, tu coche, tu trabajo peligra por la crisis y hasta tus padres se quedan en paro. Las libertades sociales y políticas se ven recordadas en pro el salvamento del sistema. Vuelta al auge de los nacionalismos, al egoísmo, retorno al sálvese quien pueda, a la caída de ideales de comunidad. ¿Dónde está la seguridad en todo este caos? Es por esto por lo que inevitablemente la masa tiende a volver a lo tradicional, a la obediencia, a la subyugación cuando siente miedo. Pues da menos miedo vivir esclavizado bajo la protección de quien tienen el poder que enfrentarse a este caos de inseguridad. Sacrificamos nuestra libertad por una quimiera de seguridad. No deja de ser curioso como en la Edad Media los nobles elegidos de los dioses explotaban a sus iguales a cambio de protección, y los campesinos permitían por sentirse seguros. Ahora ya no hay elegidos de dios ni nobles, ahora elegimos “democráticamente” aquellos que se aprovechan del sistema para ellos mismo y de paso imponen las medidas que quieran por “nuestra” protección, por el bien de todos. Si no lo crees párate pensar cómo ha cambiado el mundo desde el 11-S, piensa en la USA Patriot, piensa en la medidas para salvar los bancos, los recortes sociales o en cualquier cosa que veas al azar en el periódico y en el telediario. Todo esto ya se ha estudiado ampliamente y uno de los mejores resúmenes que conozco sobre este tema es La Doctrina del Shock, libro publicado por Naomi Klein, autora también de No Logo. También existe un documental basado en este libro que lo explica bastante bien, por si les da pereza leerlo:  


Me resulta impactante como el miedo es uno de los grandes motores que mueve el mundo. El miedo al caos, a la inseguridad, al cambio, incluso a la propia libertad. Como el temor a cometer fallos y asumir los errores es tan fuerte que muchas veces preferimos que decidan por nosotros, alejando la responsabilidad de los errores pero sacrificando nuestra individualidad y nuestra libertad en el proceso. Y es algo que tristemente veo a diario, como por ejemplo esta semana ver El tratado de Schengen europeo pisoteado en porque no era conveniente para los intereses. Creamos tratados, leyes o acuerdos que podemos romper, saltarnos o modificarnos según nos interese en ese momento. ¿Entonces qué sentido tienen? ¿No hacemos todo esto para aportar una seguridad o una estabilidad a las cosas que creemos? Una y otra vez nos dejan claro que todo es una simple mascara para que pensemos que somos libres y que tenemos seguridad en dentro de nuestro pequeño mundo burbuja. Y cuando sea necesario explotarla se hará sin consideración ninguna. Es curioso ver que todo funciona de manera similar a micro y macro escala. Que el mismo miedo puede condicionar a una persona o una relación como puede aplicarse a comunidades, países o incluso a escala global como estábamos viviendo actualmente. Quizás lo que nos hace falta ser ahora es valor, ser valientes. Lo que no significa que no tengamos miedo en sí, si no que aprendamos a sobrellevarlo y evitemos que nos controle. Levantarnos con la certeza de que vivimos tiempos de cambio y que la dirección que tomaran estos cambios será resultado de nuestras acciones, creencias y esfuerzos actuales. El futuro dependerá de lo que nosotros decidamos hacer con el, pues nada está escrito en piedra. Sea como sea, tenemos que aprender a mantener el equilibrio en este mundo caótico en el que el suelo quimérico de la seguridad ya no existe. Y no existirá pues una vez que descubres que solo es un espejismo ya no podrás volver a creer en él. Solo nos queda la certeza, que pase lo que pase el ser humano tiene una capacidad de supervivencia bestial, y que al final siempre se sale a flote. Con esa certeza debemos evitar hundirnos e intentar conducir esto hacia algo positivo para todos. ¿Hacia qué? Ni idea, ya lo veremos con el tiempo. Por ahora solo tenemos que seguir andando y no parar, ya veremos donde acabamos cuando lleguemos.     

Entonces la otra razón para recordar es la historia de la lucha. Nos cuenta algo que es muy importante. Es algo que debemos recordar, en este momento, con tanto en juego. Nos enseño que si queremos respuestas a esta crisis económica, que nos deje un mundo que sea más saludable, más justo, más pacifico tenemos que salir afuera y obligarlos a hacerlo.  
- Naomi Klein del Documental sobre su libro La Doctrina del Shock.


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