sábado, 29 de septiembre de 2012

De Risas e Imposibles

Viernes por la noche y alrededor mío la gente charla, ríe y escucha. El típico murmullo de la vida mezclado con la música y ahora a café. Gente compartiendo su vida, su tiempo, sus experiencias y sueños. Sus problemas y consejos. Cierro los ojos por un momento y los escucho. Dejo que mi imaginación de forma a las palabras en los murmullos, ponga cara a sus dueños y de forma a las historias que me rodean. Parejas de amantes o amigos, algunos grupos y en extraños casos, como el mío, solitarios contempladores. A través del tango abrazado al jazz un estallido de carcajadas se impone sobre el resto. Una de las chicas del grupo tiene una risa bastante contagiosa que me hace sonreír sin darme cuenta…


Esta situación hizo plantearme una cosa: ¿Cuándo fue la última vez que me reí de forma espontanea y natural?¿Cuando fue mi último ataque de risa, aquellos que no puedes para de reír y acabas con dolor de estomago? Sinceramente no me acuerdo ya. Soy consciente que soy una persona algo seria y gris, quizás por mi “sangre horchata” o por la situación actual. Sea como sea echo de menos reírme. Pues no creo que sea necesario explicar cómo mejora la risa nuestra vida, nuestra forma de ver y asumir el mundo que nos rodea. Quizás por esto envidio un poco a esa gente siempre alegre y bromista, que es capaz de reírse de todo, de el mismo, de los demás o de la situación pero siempre sin ofender o a costa de los demás. Simplemente viendo las cosas desde un punto de vista menos serio y encontrando esa faceta divertida que todas las situaciones esconde. Siento verdadera curiosidad como será ver la vida a través de sus ojos, como será ser capaz de sonreír y ver el lado divertido de las situaciones. Siendo esto sin duda una forma de ser positivista.


A lo largo de mi vida me he dado cuenta que al estar cerca de este tipo de personas hace que se te contagie un poco su forma de ser. ¿Sera este positivismo algo contagioso? ¿O seré yo que soy un poco esponja empática?  De ser esto segundo puede que el ambiente me afecte mucho mas de lo que yo pensaba ¿Sera esto una falta de personalidad o inmadurez por mi lado? ¿La necesidad de gente “alegre” a mi alrededor para ser alegre? ¿O será una falta de fuerza voluntad personal? Sea como sea el ambiente general del colectivo social no es especialmente “alegre” pues nos ha tocado vivir una época bastante peculiar. Y encontrarnos en medio de una triple crisis es algo complejo de manejar para los treintañeros actuales. La fuerte Crisis Económica hace complejo intentar darle forma a tu futuro cuando todo es incierto. La Crisis de Valores actual en la que vimos reclama a gritos un cambio de sistema, de forma de entender la vida, el éxito, las relaciones, la sociedad o el sistema económico en el que vivimos. Fuimos educados en una escala de valores que se ha derrumbado dejando un vació en su lugar. Y ahora nos toca rellenarlo con algo pero ¿Con que? Y para rematar la tradicional Crisis de la Mediana Edad, ya nos encontramos en el meridiano de nuestra vida, la mayoría sin saber que queremos hacer con el resto, sin trabajo, sin pareja, sin objetivos o futuro claro. ¿Hemos desperdiciado nuestro tiempo sin hacer nada realmente interesante con el?¿Es nuestra culpa o de la sociedad?¿Queremos llevar la vida que llevamos o aspiramos a mas?¿Que es realmente quiero para mí?¿Realmente soy feliz así? Un brutal cóctel amargo y fuerte de digerir. Por eso no puedo evitar maravillarme siempre que alguna de estas personas alegres y positivas se cruza en mi camino. Y durante un momento poder sentirme como ellos.  


… Pero el momento pasa y el murmullo acaba por ahogar las lejanas risas juveniles. Llena de la energía e ilusión de los fuerte ideales que aun no han chocado de frente contra la cruda realidad. Esa realidad que machaca y devora todo. Y al recordar la cruda realidad mi pensamiento asocia ideas y Carne Cruda viene a mi recuerdo. Ya hace más de un mes que cerró definitivamente pero va costar mucho llenar el hueco que ocupaban esas hondas. Lástima que nuestra libertad de expresión no sean tan libre como dicen pero quien sabe, quizás algún día Javier Gallego y su equipo vuelvan a cabalgar las hondas. Mientras tanto debemos aguantar el tipo, conservar las risas, las críticas y nuestra fuerza de voluntad para sobrellevar como podamos esta Cruda Realidad que no ha tocado vivir y sobrevivir a ella como sea. Y esperemos que sea mas Calamardo y menos Esponja....



   

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